Seguro que en algún instante alguno de
los que lean se ha sentido tal y como explica el título, Sin Rumbo Ni
Final, y es que en muchas ocasiones nuestro devenir diario nos lleva por
algún camino que en contra de nuestra primera voluntad nos enfada y nos
obliga a replantearnos por completo el tan estructurado futuro que en
nuestra cabeza tenemos prefijado.
Cada día me asombro más al conocer la
inmensidad de planes que guardo a diario, a cada instante diría yo, en
mi cabeza; Siempre pensando en que hacer por la tarde, por la noche, al
día siguiente, el fin de semana siguiente, el mes que viene, el año que
viene. Un devenir que parece no tener fin, siempre intentando generar
expectativas para eso que está por ocurrir.
Visto así nos damos cuenta de lo
infructuoso de tal tarea y nos tachamos de “estúpidos” tratamos de
“vivir el presente” pero casi en el mismo instante nuestro pensamiento
nos “ignora” y continua haciendo planes en su intimidad. Tratamos de
luchar contra ese “devenir” y parece que como si de un “mentalista” se
tratase es capaz de adivinar todos nuestros intentos y uno tras otro los
deja sin efecto.
Luchar, revelarnos contra nosotros
mismos, es tan infructuoso como intentar despejar de la ecuación de
nuestra mente esa incógnita del devenir. Luchamos con las mismas armas
con las que nos defendemos por lo que siempre la cuestión queda sin
efecto, con la extraña particularidad que cuando luchamos tenemos que
ser conscientes de que lo hacemos y por contra nuestro “enemigo” el
pensamiento, lo hace en silencio, con sigilo, sin que nos demos cuenta,
a cada instante, en cada momento, a cada segundo…
No creo que exista una solución, y no es
pesimismo por mi parte, es simplemente una realidad que aceptándola la
integramos, la unificamos dentro de nuestro propio “sistema” y no la
tratamos de apartar y de disociar como si de algo maligno y perjudicial
se tratase. Esta ahí, y estará mientras seamos lo que somos, por tanto
más vale integrarla, entenderla, exonerarla, y comprender su
“funcionamiento”…. En otro lugar la lucha continuará, las batallas se
harán más cruentas por momentos, y una vez terminada una de ellas y
mientras “descansamos”, volveremos a ese sentimiento de “Sin Rumbo Ni
Final”, volveremos a ser esas “ovejas sin pastor“….
Fuente: http://superandoelegoismo.com/2012/11/21/sin-rumbo-ni-final/
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